RiFFs-letter sencilla y directa, nuestra revista quincenal de ideas, propuestas y locuras de todo tipo...
#3 Las “pequeñas LOCURAS” de Bernd
¿Que libro (de cocina) te ha cambiado la vida?
¡Hola!
Qué alegría esta "bendita locura" que me persigue: mi pasión por coleccionar libros de cocina. No se trata solo de tener estanterías llenas de papel y tinta, sino de atesorar historias, sabores y la genialidad de mentes creativas que han transformado ingredientes en arte y me han informado de técnicas, ideas, tendencias y productos para estos mas de 30 años con restaurante propio.
Todo empezó, cuando era aprendiz todavía en el Hotel Ochsen en la selva Negra, con un libro que marcó un antes y un después: "Mi cocina de mercado" de Paul Bocuse (1977). Prácticamente no había libros de (alta) cocina antes, claro, estaban los super clásicos, de Auguste Escofier, o el de Mastering the Art of French Cooking de Julia Child que salió 1961, pero creo que ni estaba traducido en aleman o castellano.
Las recetas de Bocuse no eran todas tan sencillas, pero se entendía de que empieza una nueva época, que era la Novelle Cucine. El libro era rebosantes de sabor y la filosofía de un gran maestro, encendieron la chispa de esta búsqueda constante. Hoy se ve todavía interesante, pero ya es un clásico y Monsier Paul cocina ya con los Angeles.
Otro libro importante para mi era El Bulli, El sabor mediterráneo (1993). Un tesoro que ampliaron mi universo culinario. Recuerdo con emoción encontrar este primer libro de Ferran Adrià, un viaje a la vanguardia, y a una creatividad desbordante que abrió nuevos caminos en la gastronomía. Empezaba otra nueva época. Este libro ya se paga muy caro, en El Pais dicen por encima de los 3000€!!! Y lo tengo en aleman y en castellano.
Hay otro que me impactó, Y cómo olvidar el encuentro con la sensibilidad poética de Michel Bras, cuyas recetas evocan paisajes y emociones con una delicadeza única.
Cada libro es un portal a una cocina diferente, a una filosofía, a una manera de entender los ingredientes y las técnicas. En sus páginas encuentro inspiración, aprendo secretos y, sobre todo, alimento esa curiosidad insaciable por explorar este mundo tan maravilloso de la gastronomía.
Esta colección es mucho más que libros; son mis compañeros de viaje en esta aventura culinaria, mis maestros silenciosos y una fuente inagotable de ideas. Y estoy feliz de compartir un pedacito de esta locura con vosotros.
¿Cuál fue el libro de cocina que encendió vuestra pasión? ¡Me encantaría saberlo!
¡Hasta la próxima newsletter, con más sabores e historias!
Qué alegría esta "bendita locura" que me persigue: mi pasión por coleccionar libros de cocina. No se trata solo de tener estanterías llenas de papel y tinta, sino de atesorar historias, sabores y la genialidad de mentes creativas que han transformado ingredientes en arte y me han informado de técnicas, ideas, tendencias y productos para estos mas de 30 años con restaurante propio.
Todo empezó, cuando era aprendiz todavía en el Hotel Ochsen en la selva Negra, con un libro que marcó un antes y un después: "Mi cocina de mercado" de Paul Bocuse (1977). Prácticamente no había libros de (alta) cocina antes, claro, estaban los super clásicos, de Auguste Escofier, o el de Mastering the Art of French Cooking de Julia Child que salió 1961, pero creo que ni estaba traducido en aleman o castellano.
Las recetas de Bocuse no eran todas tan sencillas, pero se entendía de que empieza una nueva época, que era la Novelle Cucine. El libro era rebosantes de sabor y la filosofía de un gran maestro, encendieron la chispa de esta búsqueda constante. Hoy se ve todavía interesante, pero ya es un clásico y Monsier Paul cocina ya con los Angeles.
Otro libro importante para mi era El Bulli, El sabor mediterráneo (1993). Un tesoro que ampliaron mi universo culinario. Recuerdo con emoción encontrar este primer libro de Ferran Adrià, un viaje a la vanguardia, y a una creatividad desbordante que abrió nuevos caminos en la gastronomía. Empezaba otra nueva época. Este libro ya se paga muy caro, en El Pais dicen por encima de los 3000€!!! Y lo tengo en aleman y en castellano.
Hay otro que me impactó, Y cómo olvidar el encuentro con la sensibilidad poética de Michel Bras, cuyas recetas evocan paisajes y emociones con una delicadeza única.
Cada libro es un portal a una cocina diferente, a una filosofía, a una manera de entender los ingredientes y las técnicas. En sus páginas encuentro inspiración, aprendo secretos y, sobre todo, alimento esa curiosidad insaciable por explorar este mundo tan maravilloso de la gastronomía.
Esta colección es mucho más que libros; son mis compañeros de viaje en esta aventura culinaria, mis maestros silenciosos y una fuente inagotable de ideas. Y estoy feliz de compartir un pedacito de esta locura con vosotros.
¿Cuál fue el libro de cocina que encendió vuestra pasión? ¡Me encantaría saberlo!
¡Hasta la próxima newsletter, con más sabores e historias!
Mi cocina de mercado (1977)
Aún recuerdo el día que lo vi en Pforzheim. Tenía 15 años, era mi primer año como aprendiz, y ese objeto... ¡me fascinaba! No entendía del todo qué era, pero su brillo y su color rojo me atrapó al instante. Llevaba el libro orgulloso al hotel, deseando enseñárselo a mis compañeros, todos bastante mayores que yo, éramos unos quince en la cocina. Para ellos, eran solo bobadas, tonterías. Así cocinaba en mi día libre con mi abuela, siguiendo las recetas del gran Paul Bocuse, como sus judías verdes. "Les falta un poco de cocción, pero el sabor es muy bueno", decía mi querida abuela con su sabiduría y su amor hacia mí.
No muchos años más tarde, un amigo cocinero y yo decidimos aventurarnos a Lyon para preguntarle directamente a Monsieur Paul si podíamos trabajar en su templo. No estaba, y volvía unos días después, pero nuestro bolsillo no daba para esperarlo. Así que, con la ilusión intacta, regresamos a Alemania.
El destino, a veces, tiene maneras curiosas de cerrar círculos. En mayo de 2022, la vida nos puso a cocinar para 150 personas a bordo de un barco fluvial en el Ródano. Miguelín (hoy el talentoso jefe de cocina del RiFF) y yo embarcamos en Arles y dos días después de haber trabajado mucho, llegamos a Vienne. Sentimos que era el momento de rendirle tanto a él como a nosotros un merecido homenaje, así que fuimos a comer a su legendario restaurante en Collonges-au-Mont-d'Or, a pocos kilómetros de Lión. Él ya no estaba, incluso se había llevado una estrella Michelin al cielo (la Guía Michelin le quitaba su tercera estrella después de su muerte), pero comimos francamente bien. El servicio, clásico y elegante, nos hizo sentir muy a gusto.
El Bulli El Sabor del Mediterráneo 1993
El libro muy valorado
Otro libro importante para mí era El Bulli, El sabor mediterráneo (1993). Un tesoro que amplió mi universo culinario. Recuerdo con emoción encontrar este primer libro de Ferran Adrià, un viaje a la vanguardia y a una creatividad desbordante que abrió nuevos caminos, mejor dicho, nuevas fórmulas en la gastronomía.
Empezaba otra nueva época: La entrada los “frikis” en la gastronomía. Frikis en el mejor sentido de la palabra. Me dice IA: “Friki es un término coloquial en español que proviene del inglés "freaky". Se utiliza para describir a una persona que es extravagante, rara, excéntrica o que practica una afición de manera desmesurada y obsesiva.” Desmesurada y obsesiva era muy bien. Era necesario de ver la gastronomía desde un nuevo ángulo: desde la izquierda, desde el rock ´n roll, desde las drogas, desde el SLD, desde el extremo, ver lo desde el arte más salvaje y bello, desde el amor, desde una nueva y nunca vivida libertad.
La alta cocina estaba ocupada por una derecha casposa y aburrida, franquista, tanto estéticamente (me refiero al interior de los restaurantes) como en la forma de cocinar, como también en los productos. No había (todavía) frikis productores.
Este libro era uno de estos que marcaban el cambio. Hay otros, pocos, como los de Marco Pierre White con el genial titulo de “White Head”
Todavía faltaban muchos años hasta que René Redzepi quitara los manteles de la mesa, con el argumento de que su mesa está hecha por un artesano (¿friki?), cada mesa un unicum y vale muchísimo dinero, mientras que en los mejores restaurantes del mundo los tableros son de “mierda” (no los llamamos madera) aglomerado tapado, escondido con manteles de lino. René dice: lo que se ve es. Nada está escondido y nada es falso.
Este libro era uno de estos que marcaban el cambio. Hay otros, pocos, como los de Marco Pierre White con el genial titulo de “White Head” .
Empezaba otra nueva época: La entrada los “frikis” en la gastronomía. Frikis en el mejor sentido de la palabra. Me dice IA: “Friki es un término coloquial en español que proviene del inglés "freaky". Se utiliza para describir a una persona que es extravagante, rara, excéntrica o que practica una afición de manera desmesurada y obsesiva.” Desmesurada y obsesiva era muy bien. Era necesario de ver la gastronomía desde un nuevo ángulo: desde la izquierda, desde el rock ´n roll, desde las drogas, desde el SLD, desde el extremo, ver lo desde el arte más salvaje y bello, desde el amor, desde una nueva y nunca vivida libertad.
La alta cocina estaba ocupada por una derecha casposa y aburrida, franquista, tanto estéticamente (me refiero al interior de los restaurantes) como en la forma de cocinar, como también en los productos. No había (todavía) frikis productores.
Este libro era uno de estos que marcaban el cambio. Hay otros, pocos, como los de Marco Pierre White con el genial titulo de “White Head”
Todavía faltaban muchos años hasta que René Redzepi quitara los manteles de la mesa, con el argumento de que su mesa está hecha por un artesano (¿friki?), cada mesa un unicum y vale muchísimo dinero, mientras que en los mejores restaurantes del mundo los tableros son de “mierda” (no los llamamos madera) aglomerado tapado, escondido con manteles de lino. René dice: lo que se ve es. Nada está escondido y nada es falso.
Este libro era uno de estos que marcaban el cambio. Hay otros, pocos, como los de Marco Pierre White con el genial titulo de “White Head” .
La Riviera d´Alain Ducasse (1992)