Pequeñas LOCURASJulio 2025 Historias de verano
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#6 Las “pequeñas LOCURAS” de Bernd







¡una bonita fiesta de vinos en la Auvernia!



La Auvernia francesa, a 1000 metros de altura. Un pequeño pueblo de apenas 50 habitantes.

Hemos estado aquí varias veces en verano, atraídos por el Auberge de Chassignolles, un hotel sencillo pero con mucho encanto y una cocina excepcional. Para los amantes de los vinos "naturales", es una verdadera meca. Harry Lester lo dirigía antes y sigue estando presente; ahora tiene un pequeño bistró en Clermont-Ferrand, a una hora en coche. La dueña actual es Poppy Saker, de Nueva Zelanda. Es alta (su padre fue jugador de baloncesto en Perpiñán), muy segura de sí misma, simpática, parece una de esas personas en las que puedes confiar ciegamente y tiene un conocimiento impresionante de vinos, sobre todo franceses y, en especial, de los que ella llama de "poca invención" o sea "naturales".



El domingo 26 de julio, al mediodía, el RiFF fue invitado a cocinar en una casa particular para unas 35 o 40 personas. No éramos los únicos restaurantes invitados; ¡éramos 12 en total! Cada uno cocinaba en una casa particular. ¡Qué locura! Estaban, por mencionar solo algunos, el 40 MALTBY STREET de Londres, el AUBERGE DE BELLEVIE de Grozon, el ELIANE de Bruselas y el GRESCA de Barcelona. Comimos en el Gresca, por cierto, hace poco, justo antes de que Nora y yo cogiéramos el ferry a Cerdeña. Era la segunda vez que iba y las dos veces comí los sesos de ternera con limón y mantequilla. ¡Qué buenos estaban! Para soñar con ellos. Tan buenos que no me lo podía creer, de verdad. Iría ahora mismo otra vez.



Pero volvamos a Chassignolles...

A cada "Maison" le asignaron dos viticultores. A nosotros nos tocaron Henry Chauvet y el Domaine de la Bohème de Patrick Bouju. ¡Un chollazo! ¡Unos vinos muy, muy ricos!

Iván, nuestro sumiller del RiFF, que estaba de vacaciones pero no quería perderse el evento, estaba encantadísimo. Hace años, el primer vino que probó en la Auberge fue precisamente de Patrick Bouju. Que casualidad! Los de Henry ya los había probado en Ca Pepico en Meliana. ¡Qué sorpresa para Pep, que Henry Chauvet estuviera justamente con nosotros!



Nosotros estábamos en la casa de Sylvain y Daniela, una pareja muy simpática. Montamos una mesa grande en la calle y rezamos para que no lloviera. Y no llovió; el día fue perfecto.

Yo preparé las tortitas fritas de mi abuela con verduras encurtidas, las mismas que hacemos en el RiFF, la ensalada de higos, berenjenas y tomates valencianos con ese delicioso caldo de hojas de higuera. Y, como no, un arroz meloso verde con pollo de corral, rúcula, queso fresco de cabra, limones en sal,  laminas de calabacín marinadas y levadura de cerveza. A diferencia del RiFF, donde todo está dentro o encima del arroz, aquí los serví por separado para que la gente pudiera ponerse lo que quisiera y jugar con los diferentes sabores. Fue un éxito. En la mesa misma empezaron ya a planificar su próximo viaje a Valencia.

Terminamos con un postre de melocotón blanco.




Después de la comida, todos nos fuimos a la cancha de fútbol. Nos esperaba una carpa de circo preciosa y mucho más vino. Fue justo cuando empezó a llover, y no paró en toda la noche. Pero la fiesta siguió igual de alegre y feliz. Algunos llegaron a casa pasadas las 4 de la mañana con cuatro botellas a salvo, como mi hijo Bastian, que vino especialmente desde Bruselas para echarnos una mano.

Con Daniela y Sylvain dimos largos paseos por los impresionantes y vibrantes bosques de Chassignolles, con musgos, plantas y flores que nunca habíamos visto. Comimos moras, fresas e incluso frambuesas por el camino.

Al final, fueron unos días extraordinarios. Hicimos nuevos amigos, comimos fantásticamente y bebimos unos vinos excelentes. ¿Que mas?






40 000 000


 Pero no puedo dejar de mencionar a una persona muy importante: Piers, el marido de Jemma. Este sueño fue compartido por ambos, y justo este domingo, durante el foro "Confitando Territorio", se cumplieron 12 años de su triste fallecimiento. Piers sigue estando presente en cada detalle, en cada rosa que florece (y hay muchísimas). Le recordamos mucho: sus charlas, sus ideas, su pasión y su humor inglés. Jemma y el equipo han continuado y evolucionado su espíritu. El papel fundamental de Piers es innegable, y la manera en que Jemma ha proseguido su sueño compartido, junto con el equipo dedicado, añade una capa poderosa a la narrativa de este "milagro". Jemma no solo ha mantenido, sino que también ha evolucionado la visión, enfatizando la sostenibilidad y el papel crucial del equipo. Esto no es solo un hotel; es un legado. Piers estaría orgulloso.

En el artículo de nuestro libro, comenté el enfoque poco convencional del hotel hacia el lujo, uno que evita los típicos "adornos" y formalidades de los hoteles de cinco estrellas en favor de algo más profundo y personal. Piers me comentó en su día: "este hotel no tiene ni cinco ni cuatro estrellas. No tiene ninguna. Y por eso tampoco tiene que cumplir ciertos requisitos legales". Esta afirmación es astuta y sienta las bases para comprender su libertad única, enfatizando su singularidad por encima de las calificaciones formales. Por eso, uno de los momentos más preciados y únicos es el desayuno en la cocina, en una gran mesa llena de manjares (odio los "buffets de desayuno", donde al final siempre falta algo o alguien en la mesa).



Un refugio para el Alma

En definitiva, La Torre del Visco es hoy, gracias a la visión extraordinaria de Jemma y Piers, uno de esos pocos lugares que te ofrecen un espacio para desintoxicarte de esta vida tan digital que vivimos. Tan necesario en estos tiempos.

Ah, casi lo olvido: han conseguido una Estrella Verde en la Guía Michelin y ahora también hay piscina, aunque está bien escondida.




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