Y este milagro no solo ha perdurado, sino que se ha profundizado. Jemma Markham y su equipo han trabajado incansablemente, manteniéndose fieles a ese espíritu único. Es más, han sido pioneros en muchos aspectos, adelantándose a su tiempo. Por ejemplo, en su momento escribí que la zona donde se encuentra La Torre del Visco estaba "despoblada y despreciada". Esta percepción ha cambiado drásticamente. Hoy, la comarca del Matarraña es cada vez más reconocida por su belleza y encanto. Ya han abierto muchos otros hoteles en la zona, e incluso la llaman la "Toscana de España", situando a Valderrobres y Calaceite entre los "Pueblos más bonitos de España".
El legado de Piers
Pero no puedo dejar de mencionar a una persona muy importante: Piers, el marido de Jemma. Este sueño fue compartido por ambos, y justo este domingo, durante el foro "Confitando Territorio", se cumplieron 12 años de su triste fallecimiento. Piers sigue estando presente en cada detalle, en cada rosa que florece (y hay muchísimas). Le recordamos mucho: sus charlas, sus ideas, su pasión y su humor inglés. Jemma y el equipo han continuado y evolucionado su espíritu. El papel fundamental de Piers es innegable, y la manera en que Jemma ha proseguido su sueño compartido, junto con el equipo dedicado, añade una capa poderosa a la narrativa de este "milagro". Jemma no solo ha mantenido, sino que también ha evolucionado la visión, enfatizando la sostenibilidad y el papel crucial del equipo. Esto no es solo un hotel; es un legado. Piers estaría orgulloso.
En el artículo de nuestro libro, comenté el enfoque poco convencional del hotel hacia el lujo, uno que evita los típicos "adornos" y formalidades de los hoteles de cinco estrellas en favor de algo más profundo y personal. Piers me comentó en su día: "este hotel no tiene ni cinco ni cuatro estrellas. No tiene ninguna. Y por eso tampoco tiene que cumplir ciertos requisitos legales". Esta afirmación es astuta y sienta las bases para comprender su libertad única, enfatizando su singularidad por encima de las calificaciones formales. Por eso, uno de los momentos más preciados y únicos es el desayuno en la cocina, en una gran mesa llena de manjares (odio los "buffets de desayuno", donde al final siempre falta algo o alguien en la mesa).
Un refugio para el Alma
En definitiva, La Torre del Visco es hoy, gracias a la visión extraordinaria de Jemma y Piers, uno de esos pocos lugares que te ofrecen un espacio para desintoxicarte de esta vida tan digital que vivimos. Tan necesario en estos tiempos.
Ah, casi lo olvido: han conseguido una Estrella Verde en la Guía Michelin y ahora también hay piscina, aunque está bien escondida.